La Iglesia de Canarias puede tener el santo orgullo de tener dos comunidades que beben del tronco de San Benito: monjes benedictinos y monjas cistercienses. Dos faros de vida monástica, de búsqueda de Dios, de práctica litúrgica, de adoración e intercesión por la Iglesia diocesana y la Iglesia Universal
Ved qué dulzura, qué delicia, convivir los hermanos unidos (Salmo 123)
No hay comentarios:
Publicar un comentario